jueves, 27 de septiembre de 2007

Las molestias más comunes

En el momento que una mujer se queda embarazada, se producen en su cuerpo unos cambios lógicos que conllevan cierto malestar en algunos momentos. Estos cambios hormonales producen una serie de alteraciones tanto físicas como psicológicas.


Podría decirse que las molestias más frecuentes son las que englobamos a continuación aunque, cada mujer es un mundo y cada embarazo se desarrolla de forma diferente por lo que es posible que no todas las mujeres padezcan estas molestias.

Nauseas y vómitos, los malestares por excelencia

Los cambios hormonales provocan una mayor sensibilidad del sentido del olfato por lo que las nauseas son bastante frecuentes a lo largo del embarazo, sobre todo en el primer trimestre.
Además suelen darse por las mañanas, antes de levantarse, por lo que se recomienda comer unas galletas saladas antes de ponerse en pie o, incluso, desayunar tranquilamente en la cama.
Los vómitos y nauseas mañaneras no son motivo de alarma pero si estos son demasiado frecuentes es bueno visitar al especialista para que tome las medidas adecuadas.

La fatiga también es un factor común en el periodo de gestación.
Se debe, normalmente al peso del bebé que soporta la madre que no estaba acostumbrada a hacerlo hasta ahora. Ese peso extra produce en la mujer una sensación de ahogo que desencadena un incómodo estado en que parece que no llega bien el aire y que, normalmente, se combate con largos suspiros.
Para evitar la fatiga, es recomendable dormir y descansar bien y seguir dietas ligeras que ayuden a hacer una buena digestión y a erradicar la sensación de pesadez.

La espalda también sufre

El aumento de peso hace que la espada sea una de las partes del cuerpo que más se resienten con el embarazo.
Para que los dolores de espalda no se acentúen, lo más aconsejable es eliminar el uso de tacones altos y pasar a un calzado lo más cómodo posible.
Además es aconsejable mantener la espalda recta y flexionar las rodillas a la hora de recoger algo del suelo y utilizar un colchón lo más firme posible ya que son cosas que nuestra columna y riñones agradecerán.

El aumento y, como consecuencia, la irritabilidad de los pechos se deben a la preparación de éstos para la lactancia. Para que estén lo más recogidos posible se pueden utilizar corpiños o protectores mamarios que sirven también para absorber los restos de leche que puedan escaparse al final del embarazo

Varices, calambres y estrías serán los enemigos de tus piernas
Las piernas: varices, calambres... ¡incluso estrías!

Las varices son otro de los síntomas más evidentes del periodo de gestación. El aumento de la presión abdominal hace que las venas aparezcan en el cuerpo y que lo hagan, en la mayoría de los casos en zonas como las piernas o alrededor del orificio vaginal.
Para que no se vuelvan demasiado pronunciadas e incluso para evitarlas, se recomienda mantener las piernas en alto y no permanecer mucho tiempo de pie para que la circulación sea lo más fluida posible.

Los calambres aparecen, normalmente después del primer trimestre y se debe al tamaño del bebé, por el peso que hay que soportar, también puede ser por acúmulo de líquidos en las piernas o a la falta de calcio o magnesio. En cualquier caso, aparecen después de mucho tiempo de pie y parada, por eso se debe evitar permanecer estática mucho tiempo. La mejor forma de aliviarlos es mediante masajes o, en caso de que sea por falta de calcio o magnesio, con los complejos vitamínicos que el médico recomiende en cada caso puntual.

Las estrías son los surcos de la piel que suelen aparecer en pecho, abdomen, caderas, muslos o nalgas, se deben al estiramiento de la piel por el aumento de volumen durante el embarazo que raramente desaparecen.
Lo único que podemos hacer para evitar que salgan demasiadas es utilizar crema hidratante pero se debe tener en cuenta que actuará más o menos eficazmente dependiendo de la piel de cada uno.

Y a nivel más `íntimo´

Los cambios hormonales que también afectan al sistema digestivo, la presión sobre el recto y la lentitud de los intestinos a la hora de realizar sus funciones básicas, hacen que evacuar sea más complicado de lo habitual y por lo tanto aparece el estreñimiento.
Para ello hay que recurrir a una dieta rica en fibra que induzcan al movimiento del intestino. (hay que evitar los laxantes) Otra de las molestias es la incontinencia urinaria que se presenta hacia el final del embarazo.
La causa es el peso del útero sobre la vejiga que hace que el músculo del suelo pélvico se vaya debilitando lo que impide controlarlo y, por lo tanto se producen escapes de orina.
Como es algo muy frecuente en las mujeres gestantes, hay centros como el Instituto de Ginecología EGR de Madrid que imparten clases de fisioterapia para fortalecer y aprender a controlar el músculo desde el principio del embarazo.
Los ejercicios de Kegel por ejemplo, ayudan mucho hasta el punto de lograr que no se produzcan pérdidas ni siquiera en la última etapa del embarazo.

http://mujer.terra.es

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