martes, 23 de octubre de 2007

Sexta Enfermedad: exantema súbito

Llamado también sexta enfermedad, debe su denominación al hecho de que se localizó después que las otras cinco enfermedades exantemáticas más conocidas: el sarampión, la escarlatina, la rubéola, la varicela, y el megaloeritema. Posteriormente, con la exacta definición del agente responsable y de sus características concretas, se ha denominado exantema súbito o roséola infantil.

Se trata de una enfermedad bastante común durante el primer año de vida, que raramente afecta a los niños menores de tres meses, y que sólo en un diez por ciento de los casos se presenta entre el primer y el segundo año de vida.

La incubación de la enfermedad varía de siete a quince días. La fuente del contagio es casi siempre desconocida, pero generalmente se debe a otro niño afectado por la misma enfermedad.

Por sus características, es una enfermedad que siempre provoca ansiedad y preocupación en los padres, ya que al principio se manifiesta mediante una subida repentina de la fiebre, que dura unos tres días, sin ninguna causa aparente. Después la fiebre desaparece también repentinamente, y entonces surgen unos puntitos de color rosa pálido, localizados primero en el tórax y, a continuación, en la cara, que se atenúan con la presión de los dedos. Las manchas duran un par de días y no van acompañadas de prurito o descamación de la piel.

Junto a las manchas se aprecian, en general, otros síntomas más o menos acentuados, como la inflamación de la faringe, el enrojecimiento de la membrana timpánica, el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula y la nuca, y una hinchazón en los ojos. Si bien la fiebre suele ser más bien elevada, el niño no se encuentra nada alicaído, sino que sigue estando tan activo como siempre.

A pesar de la preocupación que provoca por la temperatura elevada, se trata de una enfermedad absolutamente inocua, de breve duración y que no tiene ningún efecto colateral ni otras consecuencias. Con la aparición de las manchas, después de tres días de fiebre alta, lo único que hay que hacer es tranquilizarse y esperar a que desaparezcan por sí solas, sin necesidad de ninguna terapia.

Desde | www.prenatal.es

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