Las fiestas infantiles son momentos de gran euforia y diversión para los más pequeños de la casa. Sin embargo, muchas veces se olvida en ellas el motivo del festejo o las necesidades de los más pequeños. Por ello una buena organización previa y durante el festejo, puede ayudar a que la fiesta se convierta en un momento inolvidable para los niños. Para ello, será conveniente tener en cuenta los siguientes aspectos:
Resulta imprescindible la vinculación de los padres a las actividades festivas. Es decir, que tomen parte en la preparación del local en el que se organizará la fiesta, en la cocina, en la dirección de ciertas actividades lúdicas para los niños...
Decorar ricamente el espacio donde va a tener lugar el festejo resulta primordial. El espacio debe derrochar alegría con la combinación de variedad de colores vivos. Añadir en la decoración dibujos de los niños que van a participar puede darle un toque personal y más acogedor.
El fomento del espíritu de la fiesta se considera también un punto importante a tener en cuenta. Los niños que acuden deben entender la razón por la que es realizada, conocer quién es el niño homenajeado. Para ello, los padres deben explicar a sus hijos antes de acudir a la fiesta, su importancia para el niño que la organiza. La ausencia de este punto hace que ésta se convierta en un mero rato de juego compartido.
Es preciso crear un ambiente intimo durante el transcurso de la fiesta. Es decir, resulta enriquecedor que el lugar donde se prepara sólo acoja a los invitados. El espacio no debe ser compartido con otras personas o actividades que no tengan nada que ver con la fiesta, pues despista al niño y le impide encontrar sentido a lo que en la fiesta ocurre.
La fiesta debe satisfacer las necesidades de los pequeños. Se deben planificar actividades y juegos adaptados a la edad de los niños asistentes que capten su atención y les proporcionen una rato agradable y de diversión.
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