Un estudio de la Universidad de Manchester en Inglaterra (Reino Unido) que se publica en la revista Archives of General Psychiatry, muestra que los niños de mujeres que sufrieron un episodio de estrés grave, como la muerte o enfermedad grave de un familiar muy cercano, durante el primer trimestre de embarazo parecen ser más propensos a desarrollar esquizofrenia.
Según los autores, las experiencias graves que se producen durante el embarazo están asociadas con un mayor riesgo de dar a luz niños prematuros y con bajo peso. Los factores ambientales, que incluyen los que se producen durante el embarazo, y los genes de susceptibilidad podrían interactuar para influir sobre el riesgo de desarrollar el trastorno.
Los investigadores, dirigidos por Ali S. Khashan, utilizaron datos de 1,38 millones de nacimientos de daneses que se produjeron entre 1973 y 1995. Las mujeres se asociaron a miembros familiares cercanos utilizando un registro nacional que también se utilizó para determinar si alguno de estos familiares había fallecido o recibido un diagnóstico de cáncer, ataque cardiaco o ictus durante el embarazo de estas mujeres. Sus hijos fueron seguidos desde que cumplieron 10 años hasta el año 2005 o hasta su muerte, el traslado a otro país o el desarrollo de esquizofrenia.
Durante este periodo de estudio, durante su embarazo las madres de 21.987 niños sufrieron la muerte de un familiar y 14.206 vivieron la enfermedad grave de un familiar cercano. El total de niños que desarrollaron esquizofrenia fue de 7.331.
Según los investigadores, el riesgo de esquizofrenia y trastornos asociados fue de aproximadamente un 67 por ciento mayor entre los niños de mujeres que pasaron por la muerte de un ser querido durante los primeros tres meses de embarazo.
Sin embargo, los fallecimientos que se produjeron seis meses antes o en otro momento del embarazo distinto al tercer trimestre no se asoció con el riesgo de esquizofrenia en los niños, tampoco en el caso de una enfermedad grave de un pariente.
La asociación entre la muerte de un familiar y el riesgo de esquizofrenia parecía ser importante sólo en el caso de individuos sin antecedentes familiares de enfermedad mental.
Según los autores del trabajo, el riesgo asociado a una situación estresante durante los primeros tres meses de embarazo sugiere la existencia de una variedad de posibles mecanismos.
Los investigadores señalan que los componentes químicos liberados por el cerebro de la madre en respuesta al estrés podrían tener un efecto sobre el desarrollo del cerebro del feto, efectos que podrían ser más fuertes al inicio del embarazo, cuando la barrera protectora entre madre y feto aún no se ha desarrollado por completo.
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