viernes, 9 de mayo de 2008

Cómo cambia el aspecto del niño a los 3 años de edad

Desarrollo Físico:

El niño de tres años es mucho más activo y osado que cuando son menores. Crecen a una velocidad menor, y también presentan un desarrollo acelerado en su motricidad gruesa y fina, y en la coordinación de ésta con la percepción, en especial visual y auditiva.

Crecimiento y cambio físico: La apariencia física del niño cambia: ya no son los niños regordetes de la etapa anterior, sino que comienzan a parecer más delgados, desaparecen las barrigas por mayor desarrollo de los músculos abdominales. Se alargan tanto el tronco como los brazos y las piernas, aunque las cabezas aún son grandes. Los niños, como durante toda la vida, desarrollan más músculos y las niñas tienen mayor cantidad de grasa. El crecimiento esquelético y muscular hace más fuertes a los niños: los cartílagos se convierten paulatinamente en huesos, para proteger los órganos internos. El desarrollo del sistema nervioso posibilita la coordinación motriz, en tanto el desarrollo de los sistemas circulatorio y respiratorio aumentan el rendimiento muscular y conservan más saludables a los niños.

Trastornos Físicos:

Existen muchos trastornos físicos que se pueden dar a lo largo de la primera infancia. Los más frecuentes son los siguientes..

Obesidad Infantil: La obesidad infantil es un exceso de grasa corporal en el niño que por lo general se ve acompañado de un aumento de peso. Existen dos tipos de distribuciones morfológicas: la obesidad superior o androide, y la inferior o ginoide.

Obesidad superior: Es aquella en la cual existe una acumulación de grasa a nivel abdominal. Está fuertemente asociada con complicaciones cardiológicas y metabólicas en el infante. Predomina en los varones. Desnutrición Infantil: La desnutrición es la enfermedad provocada por el insuficiente aporte de combustibles (hidratos de carbono - grasas) y proteínas. Según la UNICEF, la desnutrición es la principal causa de muerte de lactantes y niños pequeños en países en desarrollo.

Desarrollo Motor:

Es sorprendente el avance de estos niños que hace dos años comenzaron a dar los primeros pasos. Sus huesos y músculos son ahora más fuertes, hay mayor coordinación entre los sentidos posibilitado por un mejor desarrollo del sistema nervioso central y de los sistemas respiratorio y circulatorio. Coordinación de los músculos gruesos: A los tres años los niños son capaces de caminar en línea recta y pararse en un pie, a los cuatro pueden saltar en un pie y agarrar una pelota. A los cinco años saltan distancias mayores y son capaces de aprender a patinar.

Coordinación óculo manual y de los músculos finos: El niño de tres años es capaz de dibujar una línea casi recta y dibujar un círculo. A los cuatro años pueden recortar siguiendo una línea, dibujar una persona, hacer diseños y letras en forma burda y doblar una hoja. A los 5 años pueden ensartar cuentas y copiar un cuadrado. También el control de su motricidad fina los hace más independientes: pueden comer con una cuchara a los tres años, abotonar y desabotonar su ropa, vestirse requiriendo poca ayuda, usar el baño por si solos, lavarse las manos si se le recuerda. Ya a los tres años habrá mostrado preferencia por el uso de una de sus dos manos.

Trastornos del Desarrollo Motor:

Básicamente, estos niños siempre presentan las siguientes características: Torpeza de movimientos, Paratonía, Sincinesias, Inestabilidad motriz Inhibición Motriz, Apraxia.

Torpeza de movimientos: Son movimientos pobres y dificultad en su realización.

Paratonía: El niño no puede relajar el tono de sus músculos de forma voluntaria; incluso en vez de relajarlos, los contrae exageradamente. Este rasgo es el más característico de este trastorno.

Sincinesias: Son movimientos que se realizan de forma involuntaria al contraerse un grupo muscular. Por ej: mientras el niño escribe saca la punta de la lengua o mueve alguna otra extremidad de manera involuntaria. Tiene que ver con una cierta inmadurez sobre el control del tono.

Inestabilidad motriz: El niño con inestabilidad motriz es incapaz de inhibir sus movimientos, así como la emotividad que va ligada a éstos. Es incapaz de mantener un esfuerzo de forma constante; se muestra muy disperso. Suele predominar la hiperactividad y las alteraciones en los movimientos de coordinación motriz. Hay una constante agitación motriz. Suele tratarse de un niño problemático y mal adaptado escolarmente.

Inhibición Motriz: El niño inhibido motrizmente suele mostrarse tenso y pasivo. Muestra como un temor a la relación con el otro, a la desaprobación, y ello le hace "no hacer", "inhibir" lo que serían los amplios movimientos corporales que le harían ser demasiado "visible".

Apraxia: El niño que presenta una apraxia conoce el movimiento que ha de hacer, pero no es capaz de realizarlo correctamente. Se trata de un trastorno motor y neurológico.

Desarrollo Cognitivo: Desde la infancia en adelante, el niño es un procesador de información que basa sus acciones en la que reciben o recuerdan, pero aún están limitados por su limitada base de conocimientos. Tienen un lapso limitado de memoria (dificultad para trasmitir conocimientos desde la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo) y la comprensión de procesos mentales también es limitada. Como también ocurre en los adultos, la capacidad de reconocimiento es mayor en los infantes que la capacidad de recuerdo.
Estas habilidades progresan bastante a los 5 años. La mayor dificultad para recordar que para reconocer es mayor en los niños de estas edades por su limitado vocabulario que les hace difícil trasladar sus recuerdos a palabras. Los niños de tres años aún no han desarrollado estrategias para recordar. los niños pueden pensar en objetos sin verlos aunque aún no puedan ocupar la lógica respecto a ellos. Pueden aprender no sólo al hacer sino también al pensar.

Comprensión de las funciones: El niño entiende las relaciones básicas entre las cosas y los hechos de su alrededor. Sabe que al abrir la llave surgirá el agua, pero no comprende el principio en virtud del cual esto ocurre.

Comprensión de las identidades: Comprenden. A los 5 años que las cosas siguen siendo las mismas aunque cambien de forma, tamaño o apariencia. El niño también sabe que aunque ha crecido es el mismo que cuando era guagua. Pero también puede creer que si hace cosas de niñas se puede convertir en una de ellas.

La mayoría de las veces los niños de estas edades creen que aunque un objeto cambia de apariencia sigue siendo el mismo aunque cambien algunas formas. Centramiento: Los niños de esta edad tienden a fijarse en un solo aspecto de la situación (centrarse), descuidando los otros, lo que los hace llegar a conclusiones ilógicas: no logran pensar en varios aspectos de la misma situación. (Por ejemplo los vasos angostos y altos vs. anchos y bajos: los niños a esta edad son incapaces de pensar en ambos aspectos, de modo que unos se fijan en el ancho y otros en el alto al decir cuál tiene mayor cantidad de líquido.)

Concentración en los estados más que en las transformaciones: Durante esta etapa los niños ven la realidad como una serie de cuadros estáticos y no perciben la relación entre los diversos acontecimientos ni el significado de los cuadros. A veces se concentran en los estados inicial y final, y no en los estados intermedios.

Razonamiento transductivo: En vez de pensar por deducción o inducción, como lo hacen los niños mayores, los niños van de una cosa a otra en forma particular, sin considerar el asunto en general Ej. Si un niño deseó que se golpeara un compañero y sucede que éste se cae, es posible que se sienta culpable de su golpe. Egocentrismo: Es la incapacidad de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona. Se ven a sí mismos como centro del universo: así se entiende que exijan a su madre que los tome en brazos aunque ella les repita que está muy cansada. El egocentrismo se ve concretamente en la incapacidad de los niños para imaginar cómo puede ser un objeto, una persona que está en una situación diferente a la suya. Trastornos Cognitivos: Existe una gran cantidad de trastornos del desarrollo cognitivo, los cuales se pueden manifestar tanto en la primera infancia como en una etapa posterior, abordaremos los mas frecuentes.

Trastornos Fóbicos:


El niño "con fobias" siente un miedo irracional y desproporcionado respecto a un objeto o situación real que se lo provoca; él lo vive como una "auténtica" amenaza, de ahí la angustia y el pánico que le suscita. Como resultado de ello, intenta "evitar sistemáticamente" esa situación: es, en ese momento, cuando la situación de miedo pasa a ser fóbica (esa es su estrategia, "evitar"). Aunque el niño reconoce que ese miedo que siente es excesivo, no puede controlar su reacción. El grado de incapacitación que ese miedo provocado en el niño es lo que marcará la gravedad de ese trastorno fóbico.

Fobia escolar: Es el tipo de fobia más frecuente en niños, suele reaccionar mediante molestias físicas tales como cefaleas, dolores abdominales, incluso vómitos, con el fin de evitar la asistencia a la escuela. Suele suplicar a los padres que no le lleven a la escuela, que acudirá sin falta más tarde o al día siguiente; pero se repite la misma situación. En el momento de la crisis, el niño no razona ante nada.

Depresión: Si aparece de forma clara, el niño se muestra: apático, sin interés por cosas que antes le atraían, triste sin causa aparente, su capacidad de disfrute (de encontrar placer) está disminuida con ansiedad y agitación, muy irritable, con el sueño alterado (insomnio por la noche y, a veces, hipersomnia durante el día), muy fatigado, sin energía (sobre todo, por la mañana), se alteran sus hábitos alimenticios (generalmente, hay pérdida del apetito, pero también se da el caso opuesto), con dificultades de concentración, afectándose su rendimiento escolar, en su pensamiento está muy presente el tema de la muerte, puede manifestar frases negativas sobre sí mismo.

Psicosis Infantil: El niño psicótico se comporta, permanentemente, de forma "estrafalaria" y desconcertante. Las conductas propias de una psicosis pueden describirse como: Aislamiento, presenta una clara falta de comunicación respecto al entorno, se observa una falta de contacto ocular, hay ausencia de sonrisa, ausencia del miedo frente a personas o situaciones extrañas. Rechaza, generalmente, el contacto físico. Con frecuencia su tono muscular es hipotónico (tono bajo).
Sus gestos son extraños, poco habituales, el niño se muestra como absorto o "embobado" en sus propios movimientos o gestos, explora el entorno con formas especiales como el olfateo (de cosas, personas, se observan trastornos en el lenguaje, muy diversos según el grado.
El niño psicótico adquiere el lenguaje más tarde de lo normal, de forma incompleta e inadecuada; también se ve afectada la entonación. su esquema corporal está muy alterado, pueden tener ideas delirantes (de tipo persecutorio), alucinaciones (auditivas, por ejemplo.),...muy difíciles de constatar. Retraso en el control de los esfínteres. Esquizofrenia infantil: El niño presenta la pérdida de juicio crítico de la realidad es decir la incapacidad para diferenciar lo real de lo ilusorio. Se presentan alucinaciones, ensalada de palabras, distorsiones cognitivas. Estrés Infantil: Es una respuesta a cualquier situación o factor que crea un cambio emocional o físico negativo o cambios de los dos tipos (la situación más típica).
El estrés puede afectar la manera en que los niños piensan, actúan y sienten. Los niños aprenden a responder al estrés por la experiencia personal y por observación. En la mayoría de los casos, el estrés experimentado por un niño puede parecer insignificante para los adultos, pero como los niños tienen pocas experiencias previas de las cuales aprender, incluso las situaciones que exigen cambios pequeños pueden tener un impacto enorme en los sentimientos de seguridad y confianza del niño.
El dolor y la enfermedad son las principales fuentes de estrés para los niños. Algunos síntomas que acompañan el estrés son: Dolor de cabeza, Síntomas emocionales o de conducta, ansiedad, preocupaciones, incapacidad de relajarse, Aferrándose al adulto o profesor, puede o no hacer preguntas, incapacidad para controlar sus emociones, comportamiento agresivo, comportamiento terco, regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo, reacio a participar en actividades escolares.

Desarrollo del lenguaje:

El lenguaje se hace cada vez más adulto desde que el niño cumple los 3 años. Los niños mayores de tres años usan plurales, tiempo pasado ya saben la diferencia entre tu-yo y nosotros. Los niños entre los 4 y los 5 años pueden manejar proposiciones tales como sobre, debajo, encima, en, detrás. Utilizan verbos más que sustantivos. Entre los 5 y los 6 años los niños empiezan a construir oraciones de seis a ocho palabras, pueden definir palabras simples y saben algunos antónimos; Usan más conjunciones preposiciones y artículos. Entre los 6 y los 7 años el habla de los niños se vuelve bastante compleja, ahora hablan con oraciones compuestas y complicadas gramaticalmente correctas y usan todas las partes de la oración.

Trastornos del lenguaje: Los trastornos más comunes que se pueden dar en la primera infancia son: Retraso simple del lenguaje: Se trata de una disfunción del lenguaje de tipo evolutivo con desfase cronológico. Aparece en niños en los que no se encuentran alteraciones de tipo intelectual, relacional, motriz o sensorial, aunque afecta a más de un módulo del lenguaje, en especial a la fonología y la sintaxis. Lo más normal es que se presente como una insuficiencia del aspecto lingüístico a nivel expresivo, comprensivo y articulatorio. El retraso simple se da en niños que no presentan, por lo tanto, ningún tipo de patología, pero que por cualquier circunstancia tardan más tiempo en alcanzar la comprensión del lenguaje. Parece ser que se da más en niños con bilingüismo. Con una buena intervención del logopeda este retraso se corrige con cierta facilidad, logrando que el niño hable correctamente a los 5 o 6 años.
Algunas de las características que presentan los niños están relacionadas con dificultades en la comprensión de órdenes sencillas, poseen un escaso vocabulario, presentan dificultades en la lateralización y una escasa función lúdica del lenguaje. Retraso específico del lenguaje: Es un trastorno específico del desarrollo en el que la comprensión del lenguaje por parte del niño es inferior al nivel adecuado a su edad mental. Suele ser relativamente frecuente que en este tipo de retrasos exista un deterioro notable de la expresión del lenguaje, así como alteraciones en la pronunciación de los fonemas. Por regla general son niños que inician el lenguaje a una edad tardía, en torno a los 3 años.

Retraso del habla: Se trata de una afectación transitoria del habla que no está ligada a ningún tipo de deficiencia mental, ni a déficit auditivo, ni a trastorno de la personalidad. Es uno de los trastornos más frecuentes relacionados con el lenguaje y aunque apenas si tiene repercusión en la evolución del niño. Los niños que tienen este tipo de trastorno suelen comenzar a hablar en una edad cercana a los 2 años, y con la ayuda de un logopeda puede alcanzar un nivel lingüístico normal. Este retraso y sus desviaciones aparecen entre el 3 y el 10% de los niños menores de 6 años y según los distintos autores que lo han estudiado suele aparecer en niños con antecedentes familiares en el retraso del habla o en aquellos que tienen una base patológica clara.

Tartamudez: La tartamudez, también llamada balbuceo o habla no fluida, es un trastorno del habla. Es diferente de la repetición normal de palabras que los niños pueden exhibir cuando están aprendiendo a hablar. La tartamudez normal del desarrollo puede aparecer cuando el niño tiene entre 18 meses y 5 años de edad, y puede consistir en la repetición de palabras o frases, la pronunciación incorrecta u omisión de palabras o sonidos y el uso de algunas palabras difíciles de reconocer. La tartamudez verdadera puede presentarse en un niño que padece determinados problemas del habla, propios del desarrollo normal, a quien se lo presiona para que hable mejor.

El niño se vuelve entonces consciente de su desempeño y se esfuerza por hablar mejor, lo que en realidad empeora su forma de hablar. Si bien cada niño es único y aprenderá a hablar cuando esté listo, a continuación se describen algunos de los tipos de habla característicos de la tartamudez verdadera: repetición de palabras, sonidos o sílabas, habla lenta o con muchas pausas, ritmo irregular de habla, aumento en la tartamudez cuando el niño está cansado, excitado o tenso, niño que teme hablar

La tartamudez normal del desarrollo y las dificultades del habla se presentan en alrededor del 90 por ciento de los niños, mientras que la tartamudez verdadera afecta sólo a aproximadamente el 1 por ciento y aparece con mayor frecuencia en los niños que en las niñas. Generalmente, los problemas del habla normales del desarrollo mejoran en dos a tres meses aproximadamente, sin embargo, es posible que el niño pronuncie algunas palabras de manera incorrecta durante varios años. La tartamudez verdadera, en cambio, frecuentemente empeora en la edad adulta si no se la trata apropiadamente.

Desde | http://www.elergonomista.com


No hay comentarios: