Un estudio reveló que el humo de cigarrillo de segunda mano en los primeros años de vida lleva a la persona a tener más riesgo de hospitalización por infecciones que los que crecen en un ambiente libre de humo
El riesgo de hospitalización fue mayor entre los bebés menores de 6 meses de edad, aunque ese aumento del riesgo se mantuvo hasta los 8 años, halló el equipo dirigido por M. K.Kwok, de la Universidad de Hong Kong. Los bebés prematuros o con bajo peso al nacer eran especialmente vulnerables. Esto sugiere que el tabaquismo pasivo no sólo dañaría las vías respiratorias infantiles, sino también el sistema inmune, indicó el equipo.
Las autoridades de Hong Kong prohibieron fumar en lugares públicos a partir del 2007, pero los bebés y los niños seguirían expuestos al humo de segunda mano en el hogar, escribió el equipo en la revista Tobacco Control.
Si bien existe evidencia suficiente del peligro de la exposición al humo de tabaco para las vías respiratorias infantiles, poco se conoce sobre sus efectos sobre los riesgos de infección.
Para investigarlo, el equipo siguió a un grupo de 7.402 niños nacidos en 1997 hasta los 8 años de edad.
Al inicio del estudio, casi el 42 por ciento había estado expuesto al humo de tabaco de segunda mano en el hogar.
Los niños que habían estado a por lo menos 3 metros de una persona fumando cigarrillos en algún momento de los primeros 18 meses de vida eran un 14 por ciento más propensos a haber estado hospitalizados por algún tipo de infección a los 8 años.
El mayor impacto se registró en los bebés: uno de cada tres niños expuestos al humo de tabaco había estado hospitalizado por una infección al llegar al año de edad. La exposición en el primer trimestre de vida registró el mayor efecto nocivo.
Los prematuros y los bebés con bajo peso al nacer eran más vulnerables al humo de segunda mano durante un período más largo; ellos eran dos veces más propensos que los niños no expuestos a haber sido hospitalizados por una infección durante los primeros 8 años de vida.
"Este estudio aporta evidencia de que existe una ventana de mayor vulnerabilidad al humo de segunda mano en la infancia temprana, que alcanza a todas las enfermedades infecciosas y no sólo a las respiratorias y las relacionadas, y que tendría un efecto más amplio y duradero en el subgrupo con desarrollo más vulnerable, como los prematuros o los bebés con bajo peso al nacer", concluyó el equipo.
Desde | Diario Infobae
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