Según la Organización Mundial de la Salud, no existen razones que justifiquen más de 10% de cesáreas en ningún país del mundo. México, con porcentajes que en algunos casos llegan al 80-90% en hospitales privados, es uno de los países en el que más niños nacen por cesárea en el mundo.
El estudio Las cesáreas en México: tendencias, niveles y factores asociados publicado por el Instituto Nacional de Salud Pública revisó los nacimientos del año 1991 al año 2000.* A continuación les presentamos un resumen de los datos de este estudio. “Los resultados que se presentan en este trabajo muestran:
a) que las cesáreas en México se han incrementado considerablemente en los últimos 10 años, en particular en las instituciones de la seguridad social y en el sector privado.
b) que los niveles alcanzados superan con mucho el estándar fijado por la OMS.
c) que este incremento está asociado con el nivel socioeconómico de las entidades federativas.
d) que la oferta de servicios de especialidad también parece jugar un papel importante en el crecimiento explosivo reciente de este procedimiento.
Según este estudio, aquí en México no hay ningún factor que pudiera justificar una cifra tan elevada de partos quirúrgicos /cesáreas. De hecho, en un estudio realizado en el IMSS se concluyó que un alto porcentaje de las cesáreas llevadas a cabo en esa institución estaban poco justificadas desde el punto de vista médico. La única variable que parecería justificar este aumento son las cesáreas previas. Sin embargo, hay datos que permiten concluir que las cesáreas repetidas no incrementan la seguridad ni confieren beneficios adicionales. En México, diversos investigadores han sugerido que algunos ginecólogos, atraídos sobre todo por beneficios económicos y con argumentos de una mayor seguridad y menores efectos secundarios, han creado una demanda de cesáreas entre las mujeres de los grupos socioeconómicos más favorecidos.
La " demanda inducida " por lo general se debe a una falta de información entre las usuarias de servicios de maternidad y a una muy poca participación de las madres en las decisiones relacionadas con los nacimientos. El perfil del especialista juega también un papel central. Muchos obstetras, formados en ambientes cada vez más intervencionistas, están mejor capacitados para atender partos quirúrgicos que para atender nacimientos que podrían efectuarse de manera segura por vía vaginal.
A reserva de profundizar en las causas del incremento explosivo de las cesáreas en México para diseñar políticas correctivas específicas, parece razonable pugnar por un descenso generalizado de este procedimiento. En nuestro país se cuenta por lo menos con el reporte de una experiencia en el Hospital Civil de Guadalajara que permitió disminuir el porcentaje de cesáreas de 28% a 13% en un lapso de cinco años. Las medidas adoptadas produjeron una disminución moderada pero significativa de la mortalidad neonatal. Medidas tan simples como el requisito de una segunda opinión antes de realizar una cesárea, la definición precisa de las razones para llevarla a cabo y el monitoreo de los porcentajes individuales de cesáreas entre los obstetras de los hospitales.”
Como plantea este estudio, una de las razones para las elevadas tasas de cesáreas en México, es la falta de información y la poca participación de las mujeres en las decisiones sobre sus partos. Desde el inicio de sus embarazos muchas mujeres sanas, jóvenes, con embarazos normales viven una experiencia de alarma y miedo inducida en muchos casos por el especialista, así como por el entorno familiar y social, con mensajes que en muchos casos distorsionan la información que reciben las mujeres y las coloca en una posición de indefensión frente al sistema médico.
¿Qué pueden hacer las mujeres para lograr el parto que desean?
La mujer embarazada de hoy en México necesita por un lado información teórica y médica actual, real y completa y por otro lado, aprender a contactar con su sabiduría antigua, confiando y validando su sentido común, su instinto y su intuición.
La mayoría de las mujeres, sobretodo las primerizas, toman cursos de preparación para su parto; aún así, muchas de ellas terminarán en cesárea, o con experiencias de parto poco satisfactorias y hasta traumáticas. Tal vez ha llegado el momento de cuestionar la efectividad real de algunos de estos cursos para que las mujeres puedan lograr partos más normales.
Pensando en el parto, todo lo que se aprende como una lección se olvida y no ayuda, pues las mujeres parimos con todo nuestro ser; en el momento del parto se activa la parte más antigua de nuestro cerebro y nos colocamos más que nunca en nuestra condición de mamíferos. Necesitamos, por lo tanto, cursos y espacios de trabajo que:
-Nos devuelvan la confianza en nuestros cuerpos.
-Nos ayuden a recuperar la dignidad del nacimiento de nuestros hijos, pues el parto es totalmente nuestro.
-Nos propicien el auto-descubrimiento y nos ayuden a validar nuestro sentido común.
-Nos provean de información precisa, actual y completa.
-Nos ayuden a “recordar” lo que nuestros cuerpos ya saben y que es nuestra capacidad innata para dar a luz.
-Nos guíen como primerizas en nuestra primera experiencia de embarazo.
-Nos ayuden a las multigestas a revisar, procesar y sanar nuestra experiencia previa para lograr el parto que deseemos, aún si es un parto vaginal después de una cesárea.
-Sean cursos de preparación /educación independientes, no alineados con la práctica de ningún centro hospitalario y que promuevan una actitud activa en nuestra toma de decisiones para nuestros partos. **
Cada vez más y más mujeres buscan y solicitan, como recomienda la Organización Mundial de la Salud, la existencia de unidades de atención obstétricas que no acepten ciegamente toda tecnología y que respeten los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento. Ha llegado el momento de que las mujeres validemos nuestros embarazos y nuestros partos como una profunda experiencia que va más allá de lo físico, le demos la atención y la importancia que merecen a nuestros aspectos emocionales, mentales y reconozcamos el impacto espiritual que ser madre tiene en nuestras vidas.
Marian Tudela, tiene una experiencia de 15 años como educadora prenatal, asistente de partos y facilitadora de Resonance Repatterning, trabajando en México y en España. Es la creadora de Dar a luz en Conciencia.
* Las cesáreas en México: tendencias, niveles y factores asociados: Revista Salud Pública de México / Vol. 41, n. 1, 2004
**Resumen objetivos del curso Dar a Luz en Conciencia
Desde | Por un parto respetado
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