El beneficios de esa "dosis de naturaleza" equivale al efecto pico de una dosis extendida de Ritalina, según confirman las doctoras Andrea Faber Taylor y Frances E. Kuo, de la University of Illinois, en Urbana.
"No estamos diciendo que la naturaleza reemplaza a la medicación, sino que tiene un efecto comparable con los resultados" de los tests de atención, dijo Faber Taylor a Reuters Health. "Aunque no es una cura, lo podemos considerar otra herramienta", agregó.
Estar en un entorno natural, o sólo observarlo por una ventana, demostró mejorar la atención en niños y adultos, publican las autoras en Journal of Attention Disorders.
Para comprobar si ese enfoque ayuda a los niños con TDAH, el equipo trabajó con 17 niños, de 7 a 12 años, con diagnóstico del trastorno. Los participantes realizaron tres caminatas distintas de 20 minutos cada una (en un parque, en una zona residencial y en un centro urbano) con una semana de por medio.
Después de cada caminata, se les realizó una prueba de concentración llamada Digit Span Backwards (DSB), en la que debían escuchar una cadena de números y repetirla al revés, además de otras tres mediciones de atención y control del impulso.
Algunos niños usaron fármacos para TDAH, pero ninguno lo hizo antes de caminar.
Los niños obtuvieron mejores resultados en la prueba DSB después de caminar en el parque que de hacerlo en un barrio residencial o en el centro urbano. El rendimiento fue 6 décimas de un dígito mejor que después del paseo por el centro urbano y siete décimas mejor que después de la caminata por el barrio.
Estudios previos hallaron que las personas con TDAH obtienen un resultado alrededor de seis décimas de un dígito peor en el test DSB que las personas sin el trastorno.
"Así, el efecto de la caminata por el parque es casi igual y opuesto a la disminución del rendimiento por el TDAH", dijeron.
Faber Taylor y Kuo plantean que la exposición a la naturaleza es útil porque el ser humano tiene dos formas de prestar atención: la que exige un esfuerzo como al leer un texto escolar tedioso y la que es involuntaria y no implica un esfuerzo como leer una novela interesante o disfrutar de buena música.
Según la Teoría de Recuperación de la Atención, la capacidad del hombre de prestar atención está determinada por la fatiga, pero la puede recuperar si dedica tiempo a una actividad que incluya su atención involuntaria.
Faber Taylor les sugiere a los padres de los niños con TDAH que intenten estas caminatas en la naturaleza, aunque reconoce que pude no dar el mismo resultado para todos los niños.
De todos modos, "la evidencia es realmente interesante. Los padres nos comentan cómo sus hijos luchan contra los síntomas del TDAH, pero pueden también pasar horas pescando y después es más fácil trabajar con ellos", concluyó.
Desde | Buena Salud
No hay comentarios:
Publicar un comentario