Los niños alérgicos a proteínas de leche de vaca tienen un 15 por ciento de posibilidades de sufrir reacciones alérgicas accidentales graves, es decir, aquellas que afectan a más de un órgano o puede poner en peligro la vida del paciente, como la anafilaxia, la hipotensión o el broncoespasmo intenso, según un estudio realizado por investigadores de la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital de La Paz, publicado en el 'Journal of Allergy and Clinical Immunology'.
Este trabajo, cuya autora principal es la especialista de La Paz Teresa Boyano, fue realizado sobre una muestra de 88 niños alérgicos a leche de vaca con una edad media de 32 meses, demostró que la frecuencia de estas reacciones en este colectivo era en un año del 40 por ciento, siendo un 15 por ciento graves, muchas sufridas en el hogar y en circunstancias de la vida cotidianas.
Asimismo, mostraron como factores de riesgo para reacciones graves los niveles elevados de IgE específica para leche de vaca y caseína (heteroproteína presente en la leche y sus derivados), y el asma.
La alergia alimentaria es un problema de prevalencia creciente que afecta especialmente a niños. La leche de vaca es uno de los alimentos más frecuentemente implicados, con una incidencia aproximada del 2 por ciento en el primer año de vida.
La leche natural y los lácteos, como el yogur o los helados, son relativamente fáciles de evitar. Sin embargo, las proteínas lácteas pueden constituir un ingrediente oculto en muchos alimentos elaborados y suponen un riesgo para los alérgicos.
Según Santiago Quirce, jefe de Servicio de Alergia del Hospital de La Paz, "para evitar las reacciones alérgicas accidentales es necesario un esfuerzo conjunto de profesionales sanitarios, padres y cuidadores, industria alimentaria y la administración pública para dar a conocer el problema". También considera, en este sentido, "importante hacer cumplir la normativa sobre etiquetado de los productos alimentarios".
Desde | AZ Prensa
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