Los bebés no saben la hora ni tienen horarios rígidos para alimentarse. La leche materna se digiere rápidamente pues está hecha especialmente para ellos. Una vez que el estómago está vacío, el bebé puede pedir en cualquier momento. Sobre todo en los primeros dos meses de vida, es común que quieran mamar cada hora y media o dos horas; esto es absolutamente normal y representa entre 12 y 16 mamadas por día. Por lo tanto, cada vez que el bebé lo solicita habrá que darle el pecho. No querrá decir que "se quedó con hambre" la vez anterior, sino que VOLVIÓ A TENER HAMBRE, lo cual es lógico.
Los bebés que toman biberón piden cada tres o cuatro horas, pues la leche que toman es más difícil de digerir.
Esto que acabamos de explicar es la lactancia materna pero tan simple como es genera muchas dudas es la causa más frecuente de abandono de la lactancia materna y adopción de la artificial. Las dudas más frecuentes son las que conciernen a la satisfacción del bebé, la madre contrariamente a lo que dice la sabiduría popular, no suele saber porqué llora su bebé y como realmente cuesta saberlo o si se sabe cuesta encontrarle solución entonces se opta demasiado a menudo por echarle las culpas a la lactancia materna puesto que es lo que se escapa de nuestro control cuantitativo. El supuesto problema es que no sabemos cuánto toma. Lo que más se necesita es buena voluntad para seguir adelante y lo que menos, los consejos para que cambiemos de lactancia. Pero si realmente llegamos a saber cuánto toma tampoco nos será útil puesto que, en cada toma, la cantidad ingerida es distinta pero además es distinta la composición de la leche a lo largo del día y también es distinta a lo largo de una misma toma. La forma pues es darle toda la cantidad de leche que quiera cuantas veces quiera.
Un ejemplo práctico de aumento brusco en la frecuencia de las tomas es el calor veraniego o la fiebre, aumenta la cantidad de tomas pero disminuye la cantidad de leche puesto que sólo quieren la primera parte de la leche que es más acuosa que la segunda (más grasa). La leche se adapta en cada toma es siempre perfecta aunque te pongas enferma.
¿Crees que tu bebé no está mamando suficiente?
Si el problema es que crees que el bebé no recibe el alimento suficiente, por algún signo externo como llanto mayor del habitual (que ya es demasiado para cualquier madre), bajo peso real (los bebés no están hechos con molde y tienen pesos muy distintos) entonces no hay nada tan fácil como ofrecerle el pecho más veces. El aumento de la frecuencia de las tomas y la disminución del tiempo que pasa entre ellas hará que simplemente tengas más leche, y si es eso lo que necesita el bebé, lo tomará. En realidad puedes provocarte nuevas subidas de leche poniendo al bebé continuamente a mamar, tardarás menos en volver a tener una subida de leche que tras el parto, pues empiezas ya teniéndola, es una forma de "volver a empezar".
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