viernes, 14 de agosto de 2009

Dulces y embarazo: compatibles?

El consumo de estos alimentos en el periodo de gestación no debe implicar una ingesta excesiva de calorías
Durante el embarazo es habitual sentir apetencia por los alimentos dulces. Cuando esto ocurre, lo más frecuente es consumir chocolate, repostería industrial o refrescos. Pero hay alternativas más saludables, algunas de ellas caseras, que resultan igual de apetitosas. Los dulces, en general, aportan muchas calorías y escasos nutrientes, por lo que conviene evitarlos o sustituirlos por alimentos con una escasa cantidad de azúcar.

El consumo excesivo de azúcares en la dieta conlleva un aumento de peso. Además, durante el embarazo, los azúcares simples, ingredientes básicos de los dulces, producen cambios bruscos en los niveles de glucosa y de insulina en sangre, lo que puede derivar en una diabetes gestacional. Por estos motivos, los dulces están desaconsejados o, en todo caso, es necesario moderar su consumo.

Sabor dulce sin exceso de calorías

La gama de alimentos dulces es amplia. Sin embargo, se recomienda elegir productos con un aporte bajo en azúcares simples. Estos son, en general, menos energéticos, aunque para constatarlo habrá que revisar el etiquetado. Las galletas rellenas de nata, chocolate o crema se pueden sustituir por galletas sencillas o pan tostado pintados con crema de chocolate o queso fresco y mermelada.

Esta última, igual que algunos zumos y yogures, se puede comprar "sin azúcar añadido". En el caso de las bebidas, además, otra opción es contar en casa con refrescos light, que suplen la falta de azúcar con edulcorantes sin calorías que imitan el sabor de los originales. Los yogures de sabores o con trozos de frutas también son alternativas interesantes, junto con las recetas caseras de batidos, zumos, helados, flanes o bizcochos.

Dulces caseros "sin azúcar"

Repostería. La bollería casera utiliza menos cantidad de azúcares que la industrial. En el embarazo, y sobre todo a partir de la segunda mitad del periodo de gestación, es necesario consumir 250 calorías más, en forma de farináceos (cereales y derivados, pan, arroz, pasta, patatas y legumbres) y lácteos. Por este motivo, es preferible la repostería sencilla, con harinas integrales, lácteos desnatados y pocos azúcares y grasas saturadas (nata o crema pastelera). Se pueden emplear edulcorantes no calóricos como la sacarina o el aspartamo para elaborar bizcochos, tartas de queso fresco u hojaldres.

Refrescos. Los refrescos light son una oportunidad de sustituir las bebidas azucaradas durante el embarazo. Se pueden tomar, incluso, en caso de diabetes gestacional. Otra opción son los refrescos caseros, de diferentes sabores y sin azúcar añadido. Para su elaboración, tan sólo es necesario combinar la cantidad adecuada de gaseosa con zumo de limón, naranja, fresas, melón, sandía, mango, café o té. La misma receta sirve para preparar polos de hielo con sabor a limón o fresa. La preparación se vierte en moldes con forma alargada, que se dejan en el congelador durante unas horas.

Frutas y zumos de frutas. Tanto las frutas como los zumos calman la apetencia por el dulce. En verano, las frutas de temporada preferidas son el melocotón, el melón, la sandía, las cerezas o los albaricoques. Se pueden tomar enteras o en macedonia (fresas, sandía, melón, kiwi, plátano). Son refrescantes y una buena fuente de vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes. Las frutas en almíbar, en cambio, contienen una mayor cantidad de azúcar y se han de consumir con menor frecuencia. Los zumos caseros también aportan un sabor dulce a la dieta. La variedad es amplia: manzana y zanahoria, piña, kiwi y fresas, manzana, piña y sandía, fresas con naranja, naranja, limón y uvas, piña y uvas, naranja y melocotón o albaricoques, sandía, melón y pera, entre otros.

Batidos. Los batidos preparados con lácteos aportan las calorías extras necesarias en la segunda mitad del embarazo. Se pueden utilizar yogures líquidos o leche, además de frutas y cacao en polvo.

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