Las mujeres que fueron sometidas a radioterapia para tratar un cáncer durante la infancia presentan un riesgo mayor de tener bebés prematuros o bajos de peso, según un estudio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) conocido hoy.
La investigación se realizó a partir de los datos de 10.000 mujeres que fueron sometidas a radioterapia cuando eran niñas y demuestra también un riesgo mayor de aborto espontáneo en las mujeres que recibieron el tratamiento en el abdomen.
Sin embargo, no se constató relación entre la quimioterapia y la evolución del embarazo, según los datos publicados en la revista "Cancer, Epidemiology, Biomakers and Prevention".
Según el estudio, los casos de partos prematuros de mujeres que recibieron radioterapia se triplicaban con respecto a los del conjunto de la población, mientras que la proporción de bebés nacidos por debajo del peso normal era de 2 a 1.
En cuanto a los abortos espontáneos, se comprobó que había un 40 por ciento más entre las mujeres sometidas a radiación y que no había una incidencia mayor en las mujeres que sufrieron cáncer cerebral y que, por tanto, sólo tuvieron ese órgano expuesto al tratamiento.
La investigación no ofrece una conclusión definitiva sobre la relación entre el tratamiento y los problemas en el embarazo, pero apunta que la radioterapia reduce el tamaño del útero y reduce la cantidad de sangre que llega hasta la matriz durante la gestación.
En líneas generales, los investigadores de la Universidad de Birmingham comprobaron además que las supervivientes de un cáncer infantil tienen un 30 por ciento menos de hijos, un porcentaje que sube hasta el 50 por ciento entre quienes recibieron radioterapia.
Tampoco hay nexo de unión científico entre estos hechos, pero el estudio apunta diversas razones: que las mujeres que recibieron radioterapia de niñas tienen antes la menopausia, que encuentran más difícil encontrar pareja y que están preocupadas por el efecto que el tratamiento pudiera tener en la salud de su descendencia.
El director de la investigación, el profesor Raoul Reulen, subrayó que lo que este estudio aporta principalmente es la necesidad de que "las mujeres que hayan pasado por esta situación y quieran quedarse embarazadas tengan en cuenta el tratamiento que recibieron y que hablen de ello con su médico".
"Si fueron sometidas a una alta dosis de radiación abdominal y quieren quedarse embarazadas deberían ser tratadas por un especialista", recomendó Reulen.
Como dato positivo, el profesor destacó que las conclusiones de este trabajo son una buena noticia "para otras supervivientes, como las que recibieron quimioterapia", ya que pueden tener la seguridad de que "no hay pruebas de que resulte en un embarazo adverso".
Desde | ADN
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