La comunidad médica relaciona los bajos niveles de progesterona con la propensión a no tener un embarazo a término, por lo que el estudio del King's College de Londres (publicado en el British Journal of Obstetrics and Gynaecology), dirigido por la profesora Lucilla Poston, propone hacer un seguimiento de esta hormona a través de la saliva como un método seguro y barato de detectar el problema.
El descubrimiento.
Los investigadores siguieron la evolución de 92 mujeres a las que se consideraba en una situación de riesgo de dar a luz antes de tiempo y constataron que las mujeres que parieron antes de llegar las 34 semanas de gestación tenían niveles mucho menores de progesterona en la saliva que las que llegaron a término. Esta diferencia en los niveles hormonales se apreciaba con claridad a partir de las 24 semanas del embarazo. La duración normal de una gestación es de alrededor de 40 semanas, por lo que cuando el bebé nace entre las 37 y las 42 semanas de embarazo, se dice que es un recién nacido a término, y cuando nace antes de las 37 semanas, se dice que se trata de un recién nacido pretérmino o prematuro.
Los partos pretérmino.
En los países ricos o desarrollados, en torno a un 10% de los partos son prematuros, de los cuales la gran mayoría ocurren entre las 32 y las 36 semanas de gestación. La mayoría de las veces no se conoce el motivo que desencadena el parto prematuro, aunque las causas más habituales son las infecciones o enfermedades maternas (diabetes o hipertensión), los hábitos maternos (tabaquismo o ingesta de alcohol), los embarazos múltiples y los problemas uterinos (miomas, incompetencia del cuello uterino, desprendimiento de placenta). No se conoce a ciencia cierta la relación directa entre la progesterona y la duración de la gestación, pero los investigadores creen que si no hay un nivel suficiente de esta hormona en el organismo materno aumenta el riesgo de una infección bacteriana, una de las causas conocidas de nacimientos prematuros. Poston explicó que se trata de resultados preliminares que han dado paso a una investigación más amplia para tratar de validarlos.
Las aplicaciones.
"La saliva es fácil de conseguir, no hay necesidad de agujas o de muestras sanguíneas, y sería maravilloso si en el futuro sólo tuviéramos que pedirle a una mujer que nos diera una pequeña muestra de saliva para saber si tiene o no el riesgo de tener un parto prematuro", manifestó la investigadora. Identificar de antemano los partos prematuros salvaría la vida de muchos bebés y evitaría los problemas de invalidez que sufren muchos prematuros por no llegar al término de la gestación. La alerta temprana del problema permitiría la administración de esteroides que ayudan a desarrollar los pulmones de los bebés prematuros, habitualmente carentes de surfactante, la proteína que impide que los alveolos se colapsen y puedan llenarse de aire.
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