Así como los tiempos cambian y las estructuras familiares evolucionan, los abuelos de hoy ya no son lo que eran antes.
Hace unas cuantas generaciones atrás, los abuelos tenían un papel protagónico en la crianza de sus nietos. Todavía hoy podemos ver en algunos ambientes sociales que este rol perdura y son ellos quienes se ocupan de la educación y cuidado de sus nietos. Estos se diferencian de los abuelos “niñeros” que cuidan a sus nietos mientras los padres van a trabajar, generalmente por una cuestión económica o porque prefieren el cuidado de un abuelo antes que la guardería.
El abuelo actual tiene una vida más larga, una salud que se conserva mejor. La mayoría se mantiene en actividad por más tiempo, y es así como continúan ejerciendo su profesión, manejando su negocio o inclusive estudiando algo nuevo pensando en los años que le quedan por delante. Sus tiempos son otros y sus necesidades también.
Ahora bien, estos cambios nos pueden llevar a pensar que los abuelos han perdido importancia o vigencia frente a sus nietos, desvalorizando su rol de transmisores de experiencias. Sin embargo, no es así. Los niños necesitan de la relación con sus abuelos porque ellos son una fuente de sabiduría y conocimiento. Nos transmiten la herencia familiar a través de sus narraciones y enseñanzas. Nos hablan de nuestra historia, de nuestros orígenes y en forma sabia transmiten la importancia de aprovechar la juventud, de asimilar las frustraciones, recurriendo para ello a sus experiencias de vida.
Los abuelos de hoy pueden disfrutar no sólo de la infancia, sino de la juventud y hasta madurez de sus nietos. Esto sí que es algo nuevo.
Este maravilloso vínculo es un camino de ida y vuelta, ya que los abuelos, a su vez, redescubren en sus nietos aquellos aspectos lúdicos, su creatividad, la capacidad de asombro que habían quedado quizás olvidados.
Para los abuelos de hoy se abre una gran oportunidad que tiene que ver con el desafío a seguir explorando y potenciando esta relación tan particular que implica un amor especial.
Lic. Andrea Oriani de Boselli
Desde | Mam´s & Baby´s
1 comentario:
Cuando Karen y Miky eran chiquitas y le pedía a mi mamá si las podía cuidar alguna vez, para yo poder salir, ella siempre tenía algo que hacer.
Pero no sólo a mi me pasaba eso, otras mamás que conocía, decían lo mismo de las multiplesactividades de sus madres y el poco tiempo para dar una mano con sus nietos.
Desde ese entonces me pregunto ¿Dónde quedaron las abuelas que tejían escarpines?
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