Son cifras de la American Cancer Society. Es por la detección precoz en forma estandarizada con la mamografía. Esto no significa que haya menos casos: cada vez se detectan más en mujeres jóvenes.
El diagnóstico de cáncer suele partir la vida en dos. La percepción generalizada es que la palabra "cáncer" parece, inevitablemente, llamar a los gritos a la palabra "muerte". En el cáncer de mama, sin embargo, que cada vez más mujeres estén entendiendo que una mamografía anual después de los 40 años sirve nada menos que para detectarlo cuando todavía hay chances, empezó a torcer el rumbo. Según estadísticas de la American Cancer Society, la mortalidad por cáncer de mama bajó un 27% en los últimos 20 años en los países desarrollados.
No es poca cosa. Vale una comparación: así como cayó la mortalidad por cáncer de mama, el de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres. La tasa de mortalidad duplica la de hace 30 años. Léase: "cigarrillo".
"¿Por qué hay menos muertes por cáncer de mama? "Una de las causas es la detección precoz en forma estandarizada con la mamografía. Detectarlo a tiempo significa tratarlo en estadíos tempranos, cuando todavía hay buen pronóstico", explica Astrid Margossian, cirujana mastóloga y directora del Breast Center en Buenos Aires. Es que, cuando el tumor es de menos de un centímetro, el índice de curación es del 90%.
La otra razón que explica la reducción de la mortalidad es una droga: "El 80% de los cánceres mamarios dependen de las hormonas y el Tamoxifeno es una droga que funciona muy bien con estos tumores. Hace poco, un estudio demostró que puede reducir un 50% la posibilidad de desarrollar cáncer de mama, por lo que también se usa como prevención", dice.
Quienes tuvieron o tienen cáncer de mama lo saben: a veces, la quimioterapia parece peor que la enfermedad. Eso también empezó a cambiar: "Estamos buscando estrategias, como las terapias de soporte. Por ejemplo, una mejor nutrición previa a la quimio, fármacos que evitan los vómitos, las náuseas y los vómitos tardíos", dice Daniel E. Levy, jefe del servicio de oncología del Hospital Rivadavia. "Además, aunque muchos pacientes se resisten a hacer terapia, la psico-oncología ayuda mucho. La idea es que la paciente no vaya sola a la quimio sino con una explicación. Así se producen mecanismos defensivos que permiten afrontar mejor el trance", agrega.
Margossian suma: "Ahora hay cirugías menos invasivas que buscan conservar la mama y los ganglios axilares con la técnica del 'ganglio centinela': si el primer ganglio está libre de enfermedad se podría evitar la extracción del resto. También hay drogas quimioterápicas orales, eso significa que no hay que ir a hacerse una larga infusión endovenosa sino que se toma en casa. Hay que sumar el advenimiento de las nuevas drogas biológicas o blancos moleculares: drogas que apuntan a un blanco. Estas terapias -que se combinan con la quimio-, suelen tener efectos adversos más tolerables, como diarrea o erupciones. También hay distintos tipo de antraciclinas (una de las drogas que hacen caer el pelo) que se toleran mejor".
Que haya bajado la mortalidad no significa que haya menos casos. "En nuestro servicio aumentaron mucho los casos de mujeres más jóvenes, de 40 años. Aunque no hay pruebas científicas, creemos que tiene relación con el estrés y la alimentación rica en grasas, porque la grasa aumenta la concentración de estrógeno. Después de la crisis de 2001 aparecieron más infartos, más crisis hipertensivas y más tumores", dice Levy.
Pero todavía cuesta hacer entrar el concepto de prevención, más cuando no hay políticas de salud pública que lo incentiven: "Cuando alguien piensa en HIV piensa que puede prevenirse pero con el cáncer creen que es inevitable, si te toca te toca", dice Carlos Capellino, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica. "Buscá a una mujer inteligente y educada y preguntále cuándo se hizo la última mamografía".
Desde | Clarin
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