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Los niños cuyas madres fumaron durante el embarazo o que estuvieron expuestos al plomo podrían afrontar más del doble de riesgo de tener el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) que otros niños, según halla una investigación reciente.
Y con la exposición tanto a cigarrillos como al plomo, las probabilidades de sufrir TDAH aumentaban dramáticamente. Los niños cuyas madres fumaron durante el embarazo y cuya sangre mostró signos de exposición al plomo tenían un riesgo ocho veces mayor de padecer TDAH.
"Cuando se ha tenido ambas exposiciones, hay un efecto sinergético", aseguró la autora del estudio, la Dra. Tanya Froehlich, especialista en desarrollo pediátrico y conductual y profesora asistente de pediatría del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati.
Los investigadores concluyeron que casi el 38 por ciento de los casos de TDAH entre los niños de 8 a 15 años en Estados Unidos podrían deberse a la exposición prenatal al humo de tabaco, mientras que el 25 por ciento de los casos se deben a la exposición al plomo, de acuerdo con el estudio que aparece en la edición en línea del 23 de noviembre de la revista Pediatrics.
Froehlich y sus colegas utilizaron los datos de 2,588 niños de 8 a 15 años de todo el país que formaron parte de la Encuesta nacional de examen sobre salud y nutrición 2001-2004. La exposición al tabaco se evaluó al preguntar a las madres si habían fumado durante el embarazo, mientras que las concentraciones de plomo se midieron mediante análisis de sangre.
Cerca del 8.7 por ciento de los niños cumplían con el criterio para el TDAH, que se caracteriza por falta de atención, dificultad para concentrarse, impulsividad e hiperactividad, de acuerdo con el estudio. En el grupo de TDAH, el 16.8 por ciento eran hijos de madres que fumaron durante el embarazo y el 6.6 por ciento eran hijos de madres que no lo hicieron.
La exposición al plomo se dividió en tres grupos: baja, media y alta. Cerca del 5.2 por ciento de los niños que tenían los niveles más bajo de plomo en sangre tenían TDAH. Cerca del 9.1 por ciento de los niños del rango medio tenían TDAH, mientras que el 13.6 por ciento de los niños que estaban en el tercio más alto tenían TDAH, hallaron los investigadores.
Alrededor del 28.6 por ciento de los niños expuestos tanto al humo prenatal como los que tenían mayores concentraciones de plomo tenían TDAH, dijo Froehlich.
Los investigadores no encontraron una relación fuerte entre la exposición al cigarrillo de segunda mano en la infancia y el TDAH.
De modo alarmante, aún los niños del tercer nivel más alto tenían niveles de plomo más bajos de lo que el gobierno federal considera como "elevado". Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. consideran los niveles de plomo de 10 microgramos por decilitro como "motivo de demanda", dijo Froehlich. En el estudio, los niños del tercio superior tenían niveles de plomo en sangre de 1.3 microgramos por decilitro o más; los niños del grupo medio tenían niveles de entre 0.9 y 1.3 microgramos por decilitro.
Investigaciones anteriores han demostrado que el plomo es tóxico para el cerebro de los niños y que está asociado con coeficientes intelectuales más bajos e hiperactividad en los niños.
"No hay un nivel de plomo 'seguro'", advirtió el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y comportamiento del Hospital Infantil Schneider en New Hyde Park, Nueva York. "Sabemos que mientras más bajo sea el nivel, mejor. Éste es un estudio importante e interesante que analiza los efectos combinados de la exposición al cigarrillo prenatal y al plomo".
Aunque es mucho lo que se desconoce sobre las causas específicas del TDAH, "creemos desde hace tiempo que el TDAH se debe al menos en gran parte a anormalidades de la dopamina en el cerebro", dijo Adesman. Investigaciones previas han demostrado que la exposición al plomo y al humo de cigarrillo podría alterar el metabolismo de la dopamina en el cerebro.
Cerca de 250,000 niños de EE. UU. de uno a cinco años tienen niveles superiores a los diez microgramos de plomo por decilitro de sangre, de acuerdo con los CDC. Aunque en los últimos años han descendido los niveles de plomo en sangre, los que viven en barrios pobres y marginados, podrían estar expuestos al plomo de la pintura pelada de edificios antiguos. La pintura con plomo se prohibió para la mayoría de los usos residenciales en Estados Unidos en 1978.
Los niños podrían ingerir también plomo a través del agua de la tubería, el suelo y los juguetes. En los últimos años se han producido múltiples retiros del mercado, algunos por grandes fabricantes de juguetes como Mattel y Fisher-Price, de productos fabricados en China que contenían niveles poco seguros de plomo.
"El plomo está ahí fuera, por lo que necesitamos tomar medidas, como asegurar que los niños se mantengan lejos de la pintura pelada y que se lavan bien las manos antes de comer después de jugar en el suelo", apuntó Froehlich.
Además, una buena nutrición, que incluye asegurar que los niños tienen niveles adecuados de hierro y calcio, puede proteger también contra la exposición al plomo. Los niños que tienen deficiencia de hierro y calcio absorben más plomo que los niños con mejores dietas, explicó Froehlich.
Desde | Dr. Tango
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