La maniobra de KRISTELLER es una maniobra propia del siglo XIX, que consiste en presionar el fondo del útero sincrónicamente con la contracción uterina, con el fin de conseguir la coronación de la cabeza del bebé a la fuerza.
Esta maniobra, completamente desaconsejada, entraña numerosos peligros como hemorragias, desprendimiento de placenta (que implica cesárea urgente con peligro de muerte para la madre y el bebé), rotura uterina (con consiguiente extirpación del útero), fractura de la clavícula del feto, elongar el plexo branquial anterior con la posible parálisis de Erb (la parálisis de Erb es consecuencia de una lesión en los nervios del plexo braquial, que controlan el movimiento de hombros, brazos y manos. Los síntomas de la parálisis de Erb incluyen parálisis de los brazos y pérdida del control de los músculos de brazos y manos.), o desgarro del músculo esternocleidomastoideo. También provoca graves desgarros en el periné de la madre.
Una alternativa sencilla que se utiliza en algunos países para que "bajen los bebés" de madres que tienen la epidural puesta, consiste en hacer que la madre permanezca de pie durante una hora aprox. una vez ha alcanzado la dilatación completa, ( la walking epidural, permite movilidad). Pasado este tiempo, la mayoría de cabecitas acaban coronando por si solas, sin necesidad de pujos.
Maniobra De Kristeller
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