
La primera pregunta que nos planteamos entonces horrorizados es dónde habrá tenido nuestro hijo la posibilidad de aprender semejantes palabrotas. La respuesta obvia es que las aprende de los demás niños mientras está jugando, en la guardería o en los parques.
Los niños no entienden en absoluto el significado real de los términos que utilizan, pero se dan cuenta perfectamente del efecto que provocan, y entienden que usando esas palabras se hacen más interesantes a los ojos de las personas adultas. Además las repiten continuamente para demostrar que son mayores y capaces de afrontar el enfado de los padres. Están contentos de ser un poco traviesos y de demostrar que también ellos conocen el mundo.
Desde | Prenatal
2 comentarios:
Justamente mi hijo esta pasando por esta etapa, en la que aprende las palabrotas en la escuela y para colmo los hermanitos menores las repiten. Me vino justo el pot;) Saludos!!!
En Venezuela se les hace muy gracioso que los nenes aprendan insultos y palabrotas, se ve tan feo. Yo trato que mi hijo no agarre nada de eso.
Publicar un comentario