Mientras que algunos adultos sufren una hemorragia cerebral tardía, y potencialmente fatal, después de un accidente leve, ese fenómeno es muy raro en los niños, según una investigación en Canadá.
"Algo que nos preocupa cuando atendemos a los niños que sufrieron una caída y se golpearon la cabeza es si pasamos por alto algo grave", dijo el doctor David Johnson, de la University of Calgary, y coautor del estudio publicado en Pediatrics.
Esa preocupación se materializó cuando atendió a una niña con una lesión en la cabeza que, de pronto, se enfermó gravemente luego de pasar ocho horas en perfecto estado.
Uno de los vasos sanguíneos en el cerebro sufrió una ruptura y la presión en el cráneo le causó un daño cerebral permanente antes de que los médicos pudieran intervenir.
"Nadie había investigado con qué frecuencia ocurren esos episodios", dijo. "Y hallamos que son muy, muy poco comunes", agregó.
En ocho años, el equipo de Johnson identificó a casi 18.000 niños atendidos de emergencia en Calgary por lesiones leves de cabeza, incluyendo casos en los que no hubo pérdida de la memoria ni desmayo por más de 1 minuto.
Ninguno sufrió una hemorragia cerebral que causara una alteración de la conciencia más allá de las seis horas después de la primera evaluación médica. Cinco sufrieron una hemorragia tardía, pero sin alteración de la conciencia, lo que corresponde a tres casos por cada 10.000 niños.
Si bien esto no demuestra que el daño cerebral grave no ocurra o que las contusiones no tengan que tomarse en serio, Johnson dijo que los resultados deberían tranquilizar a los padres.
"Una recomendación general para ellos es que si sus hijos mantienen la alerta, pueden interactuar y no tienen vómitos después de una caída, entonces no deben preocuparse", resumió.
El doctor Jeffrey Bazarian, que no participó en el estudio, opinó que los resultados indican que si un médico determina que un niño está bien, probablemente lo esté.
Pero destacó que los padres siempre deben consultar a un médico si están preocupados, porque el sangrado cerebral puede comenzar de inmediato y no siempre es fácil de detectar.
"El problema es que a un padre le cuesta juzgar o tomar una decisión médica", dijo Bazarian, de la University of Rochester, en esta ciudad.
El especialista señaló que, especialmente en los más chicos, es difícil decir si perdieron la memoria, por ejemplo. "Cuanto más chico es un hijo, más atentos deben estar los padres para consultar al médico", agregó Bazarian.
Desde | Reuters Health
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