El aumento en los últimos años de la cantidad de mujeres que trabajan todo el día sería uno de los factores que favorecen el aumento de la obesidad infantil.
En un estudio sobre más de 8.500 adultos en el Reino Unido, los autores hallaron que los hijos de los participantes eran un 50 por ciento más propensos a tener sobrepeso u obesidad, en comparación con la probabilidad que habían tenido sus padres en la década de 1960.
Al analizar factores potencialmente asociados con esa tendencia, el equipo observó la influencia del trabajo materno de tiempo completo, que es más común en la generación más joven.
Los resultados, publicados en American Journal of Epidemiology, no prueban que el trabajo materno de tiempo completo aumente la obesidad infantil. Una posibilidad, según el equipo, es que esas madres compartan menos comidas en familia o tengan dietas familiares no tan saludables.
De modo que la tendencia laboral de las últimas décadas sería una de las variables que favorece la erosión de la dieta infantil.
Otros factores son la explosión de los productos dulces en el mercado, las publicidades orientadas a los niños y la disponibilidad cada vez mayor en las escuelas de productos ricos en grasa y azúcar.
El estudio no incluyó información sobre la alimentación y el ejercicio de los niños, de modo que no se sabe si los hijos de las mujeres que trabajaban tiempo completo tenían una alimentación de baja calidad o hacían poca actividad física.
El equipo de Leah Li, de la University College London, analizó los datos de un seguimiento a un grupo grande de británicos desde su nacimiento, en 1958. Se concentró en 8.552 participantes que, en 1991, tenían 1,889 hijos de entre 4 y 9 años.
En general, los hijos eran más propensos a tener sobrepeso u obesidad que sus padres en 1965: el 12 por ciento de los varones tenían sobrepeso u obesidad, a diferencia del 8 por ciento de sus padres durante la niñez. Y el 18 por ciento de las niñas tenían obesidad, comparado con el 11 por ciento de la generación de sus madres.
El equipo halló que el peso y el trabajo de las madres estaban asociados con el riesgo de que sus hijos tuvieran sobrepeso.
Los hijos de las mujeres que trabajaban a tiempo completo eran un 48 por ciento más propensos a tener sobrepeso u obesidad que los hijos de las mujeres que no trabajaban fuera del hogar.
Si los padres eran obesos, la posibilidad de que los hijos tuvieran sobrepeso era entre tres y seis veces mayor que en las familias en las que los padres tenían un peso normal.
Tanto la obesidad de los padres como el trabajo materno de tiempo completo aumentaron entre ambas generaciones. En 1991, el 60 por ciento de las mujeres trabajaban, el 15 por ciento de ellas a tiempo completo, a diferencia del 45 por ciento y el 10 por ciento en 1965, respectivamente.
El 12 por ciento de los padres eran obesos en 1991. En tanto, la cifra era entre el 5 y el 7 por ciento en 1965.
De modo que, según el equipo, es posible que ambos factores -especialmente el peso de los padres- hayan favorecido al aumento intergeneracional del peso infantil.
De todos modos, aunque el trabajo materno influya en el crecimiento de la obesidad infantil, sólo podría explicar una pequeña proporción de ese aumento, según sugirieron los nuevos resultados.
Desde | Reuters Health
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